Como una nota personal, creo que la tristeza alenta el crear. Qué divertido que en este punto de este escrito estoy incluyendo el prefijo: "como una nota personal…" cuando esté escrito completo es una nota personal. Una nota muy larga que se va a seguir alargando. Eventualmente se verán anexados mis reportes de videojuegos, uno por uno; y tengo mucho que decir al respecto. También me parece gracioso decir que creo que la tristeza alenta los procesos creativos. Porque es obvio. No soy emo porque esté triste. Soy emo porque me gusta la cultura emo. Honestamente cuando estoy triste ni siquiera me dan ganas de ponerme el emo encima para salir. Se me nubla mucho la mente, es como si tuviera estática de televisión. No es que no tenga ganas de escribir o dibujar, pero las líneas me salen como un nudo, no consigo hilar frases coherentes, no considero mis habilidades suficientes y algunas veces me cuesta mover los brazos, es como si fueran objetos pesados y no mis brazos. Un brazo pesa mucho. Cuando te pones a pensar en que todo el peso de tu cuerpo está distribuido en todo tu cuerpo es notorio que todo pesa. Hasta los brazos y las piernas, y también la cabeza, no solo el torso. A veces imagino que todo el peso de mi cuerpo es una esfera que tiene el centro en mi estómago, y que lo cargo con mis piernas, y que mis brazos son mecánicos porque con ellos hago cosas y cargo cosas. Pero en realidad mis brazos pesan, y mis piernas pesan. Y me acuerdo de que estoy hecha de partes, y todas pesan; y no hay nada que pueda volverlas un poco más ligeras. Excepto yo. Yo puedo volverlas más ligeras. Las puedo mover con mi mente, puedo mover este cuerpo que tengo con la mente. Es como una telekinesis alámbrica. No creo que mi cuerpo no sea un objeto, porque técnicamente lo es, ojalá fuera de plástico o de metal, ojalá mi cuerpo fuera inmortal. Entonces mi conciencia quizá perduraría para siempre. Y podría pasar años ininterrumpidos viendo las flores nacer y marchitarse. Aunque de alguna otra forma mi conciencia ya es eterna porque eternamente es hoy. Todos los días son hoy, durante los últimos dos años todos los días fueron hoy con mucha más potencia que el resto del tiempo. Pero siempre es hoy. Entonces hoy y eternamente, estoy consciente y mi conciencia es eterna de esta forma. Todo esto lo pensé en un sueño que tuve hace diez años; donde andaba por un mercado que conectaba con un campo de pasto alto con flores moradas. Ahí me esperaba una persona que jamás había visto en mi vida. Él me dijo que me quedara con él, sino para siempre, solo por hoy. Pero como todos los días eran hoy, también sería para siempre. Al final del sueño y después de varias persecuciones entre varios personajes de ese sueño, me fui con él a través de un portal en el piso; al que saltó él conmigo en sus brazos.
En conclusión, me he sentido mejor esta semana, mi grupo de foto es tan frío en persona como lo es en línea, pero ni modo. No puedo pasar más tiempo especulando por qué; tengo muchas otras cosas divertidas y emocionantes sobre las cuales indagar. Estoy muy cansada con el ritmo nuevo, de pronto todo volvió y se siente como un gran momento, pero vale cada pizca de cansancio, es como un mundo nuevo. Se siente bien pensar bien, hilar pensamientos unos con otros como si fueran cuentitas en un estambre. Al final este texto va a ser como una pulsera con cuentas de varios colores repetidos. Recordando siempre que el punto es hacer este proceso, escribir, la meta es decirlo todo o al menos tanto como me sea posible. Aunque no tenga otro punto que el mismo. Esto lo digo para no volverme loca exigiéndome a mi misma que todo esto sea cohesivo o tenga una dirección más allá que la misma de llevar este proceso flexible a cabo. Hoy leímos algo de esto en clase de Corinna, de que hay procesos que si se les trata de definir de entrada también se les cortan las alas y esos lineamientos se convierten en limitantes, como una cárcel autoimpuesta. Que divertido es tener un proyecto así.