Hoy es en realidad es un día muy importante, pero esta lucha es una de la que por mi salud mental no puedo formar parte directamente. De esto decido guardarme mis sentimientos, solo puedo denunciar los abusos que yo misma he vivido.
Tengo una nota en mi teléfono que hice el 14 de febrero, y está vacía. No recuerdo cuál fue mi intención en hacer esa nota, no sé que iba a escribir ahí. Era día de San Valentín pero el amor no es uno de mis temas de reflexión. A veces me olvido de las cosas que hago, me olvido de quién soy. Es como si por momentos yo no existiera. Esto solo me pasa cuando estoy despierta, porque en mis sueños soy más yo que nunca. Hoy soñé que me ponía a mi misma primero y eso me traía consecuencias socialmente. Por un lado sentía un alivio inmenso, por el otro culpa. Sigo sin lograr entender por qué me culpo tanto. Si es quizá por mi falta de memoria o mis lagunas mentales. El sueño de hoy ocurría en un lugar que parecía mi escuela secundaria y al mismo tiempo parecía un conjunto de casas del árbol, y que en realidad por dentro eran apartamentos. Había que volar para llegar de un lado al otro pero eso jamás ha sido problema. En mi sueño decidí quedarme a conversar con una persona de lo más interesante y por lo mismo deje de asistir a una reunión donde se me esperaba, más yo no había confirmado mi asistencia. En un momento dado le pregunté a mi persona que hora era, y él me dijo que eran las ocho treinta y cinco, y yo le contesté que llevábamos una hora platicando y me tenía que ir. Cuando llegué a mi casa del árbol me esperaban enojados, solo atiné en defenderme, qué amargo. No hay mucho más que contar aquí. Últimamente me he juntado con un grupo de grandes amigos, a quienes conocí hace años y solo ahora coincidimos, ellos son personas que me impulsan, me hacen sentir que mi granito de arena vale algo, y que al menos para ellos vale mucho. Me han llevado de aventuras varias veces despierta, y me hacen sentir un poco más cómoda conmigo misma. Con ser yo. Siento que desde hace poco empecé a ser yo de nuevo, como cuando era niña. Desde que saqué todas mis cosas del clóset siento que volvió a empezar mi vida y estoy corriendo, y no quiero parar.
De vez en cuando les he escrito libros a mis amigos, por whatsapp, a veces una pregunta muy sencilla me lleva a reflexionar por horas. Hoy le contaba a Elena que a veces empieza mi monólogo interno y ahora estoy haciendo un buen esfuerzo en convertirlo en dictado, para escribir de verdad, todo lo que pienso. Todo es bueno. Hace un par de meses decidí, como propósito de año nuevo, arreglar mi vida, empezando por mi cuarto. Creo que mi cuarto habla mucho de quién soy. Saqué de mi closet partes equivalentes de cosas que ya no son útiles o agradables para mí y de basura. Basura en serio, como un folder de bolsitas de papas estiradas y organizadas, cientos de trozos de cartones y plásticos misceláneos, envases vacíos de todo tipo... Etcétera. En total creo que debo haber sacado alrededor de seis a ocho metros cúbicos quizá, con un poco de todo. La basura ya la tiré a la basura y a sus respectivos reciclajes, y todo lo demás he tratado de regalarlo y donarlo porque no es basura, solamente no puede seguir formando una parte de mi vida. Creo que hacer esto me ha ayudado a recordarme quién soy, y más específicamente a serlo. Hace poco también empecé a ver películas, a mí me cuesta trabajo mantener mi atención enfocada en algo por más de cierto tiempo, desde siempre que tengo recuerdos, me ha sido muy fácil distraerme. Al empezar a ver estas películas he sentido que estoy logrando algo, qué por fin le estoy poniendo esas piezas que le faltaban a mi rompecabezas y que es como si sólo no hubiera querido hacerlo antes. Había tenido miedo. El cambio es notable, es real. Tal vez así empieze a recordar más de mi. Al mismo tiempo siento que mi logro es tan chiquito, que no es un logro. Pero creo que sí lo es, tengo recordatorios en todas partes de que por más pequeño el paso que de, es un paso y cada paso cuenta. Mi meta es dejar de fingir ser la máscara que me puse hace diez años, y ser quien siempre había sido, quien siempre estuve destinada a ser. Yo misma.